Queridos hermanos venezolanos, me disculpo por tener ya casi un año sin escribir, he estado muy ocupado con asuntos familiares que me han mantenido alejado de la escritura y de buscar problemas en la política más allá de los que ya tengo con mi vida.
El día de hoy debemos comentar el tema de las elecciones en Venezuela que serán celebradas este fin de semana. Y la gran pregunta que todos nos hacemos es:
¿GANAREMOS?
Quisiera creer que sí, que nuestros amados compatriotas saldrán a las calles desde tempranas horas con esa alegría, con ese arrebato del último vestigio de las fuerzas que nacen desde el centro de las entrañas, con ese ímpetu que sólo se manifiesta en el mundo físico a través del pensamiento dirigido y coordinado, con el pecho henchido de alegría y con la esperanza que derrotaremos al narcotraficante y usurpador de Miraflores a través de la vía, pacífica y democrática utilizando el arma de nuestro voto. La realidad, es que eso no va a ser así.
DE PARTE DEL GOBIERNO DE VENEZUELA.
La realidad es que perderemos como siempre, porque en Venezuela no existe la institucionalidad, la realidad es que todo el mundo cuando habla de Venezuela lo hace desde el punto de vista de un “político” y no desde el punto de vista de un “criminólogo”, porque eso es lo que necesitamos para analizar a los políticos de Venezuela. Maduro no es un político, es un criminal, Diosdado Cabello no es un político, es un narcotraficante, los hermanos Rodríguez no son políticos, son unos psicópatas, en consecuencia, tal como desarrollamos el artículo de EL TORO Y EL ÑÚ (PARTE UNO) y EL TORO Y EL NÚ (PARTE DOS) nuestro enemigo, aún no ha cambiado, siguen siendo los mismos protagonistas, con algunos personajes que han “rotado” pero en esencia, todo se mantiene igual, por lo tanto, si el enemigo es el mismo y lo hemos tratado de vencer de la misma forma, obtendremos el mismo resultado.
DE PARTE DE LA OPOSICIÓN.
Me parte el alma ver a tantos y tantos compatriotas acompañar a las marchas en apoyo a la “Dama de Hierro” la ingeniero María Corina Machado y el ciudadano Edmundo González Urrutia, con esa cara de inocencia, con esperanza en sus ojos, casi puedo sentir sus corazones latiendo con sus últimas fuerzas, soñando con volver a ver a sus hijos, abrazarlos, que puedan dormir bajo un mismo techo, que puedan sentarse a la mesa a comerse unas cachapas con cochino frito con una cerveza bien fría, una sopa de gallina criolla con casabe, tomarse una botella de ron o de whisky en familia.
Pero, la realidad es que aún tenemos la misma oposición venezolana, ¡así es! Es exactamente la misma “maquinaria opositora” la misma que comentamos en nuestro artículo de DICIDENCIA CONTROLADA y nuestro artículo LA CÉLULA PASIVA, es la misma oposición que nos presentó al filósofo del Zulia como una Esperanza para el cambio, la misma oposición que nos trajo a Capriles Radonski, quien se vendió por 15 millones de dólares hace unos cuantos años atrás, es la misma oposición que nos engañó con la telenovela de Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, es la misma oposición que nos trajo al ladrón de Henry Ramos Allúp y es la misma oposición que nos tuvo al payaso de Juan Guaidó.
No se engañen, si a alguien le conviene que Maduro siga en el poder es a nuestros propios políticos. No tengo nada en contra de la Sra. Machado, sin embargo, me extraña que luego de más de 10 años de silenciarla en la política se encuentre en este último año nuevamente al ruedo. Con todo lo que he aprendido en estos 46 años de vida, es que las personas cambian y cuando se trata de dinero o de poder son capaces de hacer cualquier cosa.
DE PARTE DEL CONTEXTO GEOPOLÍTICO.
Los países se mueven por intereses geopolíticos y los intereses de las instituciones y de los países cambian cuando la “jugada” les favorece. A los países en este momento no les interesa ni el hambre que pasan nuestros compatriotas, ni los años que tienes sin ver a tus padres, ni el dolor que tengo por haber perdido a mis padres en apenas 43 días de diferencia.
Aunque usted no lo crea, Venezuela para los intereses poderosos como el crimen organizado, el narcotráfico, el tráfico de personas, para países como China, Irán, Rusia, Cuba e incluso para los actuales Estados Unidos, la situación actual es perfecta. Siempre en las dictaduras comunistas se pueden explotar los recursos materiales de un país de formas insospechadas por nosotros. Como las leyes son ambiguas y las instituciones no existen (solo de adorno), no hay interés geopolítico para que Venezuela vuelva al progreso, se vuelva un país ordenado y respetable, sencillamente, esto es un NEGOCIO y a los socios de este NEGOCIO no les interesa ni la democracia, ni que las cosas cambien.
Yo no voy a juzgar si usted vota o no, sólo quiero que sepa que las elecciones en Venezuela sirven para dos cosas:
- Legitimar a Maduro ante la comunidad internacional.
- Hacer un “censo” sobre quienes realmente nos oponemos a su régimen.
Del resto, las elecciones en Venezuela son un fiasco y lo único que se logrará, es seguir destruyendo la moral de nuestro pueblo y hacerlos parecer como si fuesen invencibles ante el inconsciente colectivo de los venezolanos, quienes estamos dentro y fuera de nuestro país.
De todo corazón espero que ganemos, pero si eso no pasa, no se desanimen, solo espero que entiendan que el condicionamiento operante funciona y funciona muy bien y si bien es cierto que usted no es una paloma como las palomas del experimento de Skinner, lo cierto, es que funciona.
En mi opinión.
Esta gente sale es muerta, bien sea porque en algún momento, lo intereses geopolíticos cambien, que no lo creo mientras haya un gobierno demócrata en la casa blanca, o porque se desate una guerra civil interna y la gente salga a las calles a arrebatarle las armas a los delincuentes y a los militares y vayan matando comunistas hasta llegar a Miraflores.
La tercera vía y la que siempre he defendido, es que nosotros, quienes estamos en el extranjero somos quienes debemos organizarnos, financiarnos y regresar a casa con las herramientas que consideremos convenientes para recuperar la libertad.
Bueno, eso es todo por el día de hoy, quizás en unos meses vuelva a escribir con más frecuencia, pero por ahora, que sea lo que Dios quiera y lo que la Patria requiera.
Y recuerden: “Un adulto es el concepto razonado de lo que le conviene y la izquierda, no le conviene a los ciudadanos de bien, a los Héroes de Verdad”.
Dios y Patria.
ERASMO AVELLANEDA MILLÁN