La Derecha generalmente se divide en tres líneas de pensamiento, aunque muchos autores hacen cada día más subdivisiones que a mi parecer sólo sirven para confundirnos. Básicamente la Derecha se divide en Conservadores, Nacionalistas y Anticomunistas.
Los Conservadores nos caracterizamos por ser provida, religiosos, respetuosos del derecho natural, eso no significa que por ser conservador no puedas ser vanguardista, emprendedor, una persona que ama la ciencia y la tecnología.
Los conservadores practicamos las siete defensas: Fe, Vida, Familia, Propiedad Privada, Patria, Libertades y Derechos Universales.
También hay ciertas taras.
Algunos piensan que ser conservador es comprar una suerte de “paquete completo”, que incluye ir a misa los domingos y escucharla sólo en latín, vestir de traje y corbata, escuchar sólo música clásica, beber sólo vino, tener demasiados hijos, comer mucha carne y amar la tauromaquia. El conservador en España y en Hispanoamérica es de derecha popular, no un señor de edad con gustos exquisitos y muy refinado.
En Estados Unidos un conservador irá a misa los domingos, luego irá a su casa o en la misma congregación de su iglesia asarán carne y beberá cerveza con familiares y amigos, escuchando rock, y vistiendo jeans y playeras con la bandera de su país.
Eso sí, un conservador rechaza las revoluciones porque son la explosión violenta del resentimiento social y pretenden empezar todo desde cero. También se opone al falso progresismo porque el conservador es apegado a lo natural, porque lo natural es la mano de Dios y es lo biológicamente correcto.
No va a comprar la agenda LGBT, ni la feminista, ni la afro, o la indigenista, o la ecologista, ni ninguna otra expresión del Marxismo posmoderno que altere la familia natural como centro de la sociedad, ni que reniegue de la fe.
El conservador ama su comunidad y a ella responde.
De ahí su aversión al Globalismo. Por lo mismo, no puede suscribir a una ideología neoliberal que atribuye poderes celestiales al mercado, ni se hincará ante la lógica del mercado. Esto a pesar de que la propaganda y el relato izquierdista no se cansa de decir que la derecha no tiene corazón, que no les importan los pobres, que ser de derecha es sinónimo de ser malo, retrógrado y toda una montaña de sandeces y patrañas que son poco apegadas a la realidad.
Para un Derechista primero está la dignidad humana que el mercado.
El verdadero ciudadano de derecha podrá estar muy de acuerdo con ciertas ideas de von Mises y von Hayek, pero tendrá sus reservas ante algunas de sus posturas.
Así que es un mito de la izquierda rancia, una vulgar herramienta de marketing señalar a los ciudadanos de derecha como viles, como malvados, trayendo a estos tiempos a los monopolistas de la temprana era industrial como Rockefeller o JP Morgan para realizar comparaciones que nada tiene que ver con la realidad de quienes defendemos la meritocracia, el libre mercado y la propiedad.
Así que amigos míos, bienvenidos a este Blog una vez más, espero que en el futuro podamos formar una comunidad de simples ciudadanos que buscamos expresar nuestras ideas claras y abiertamente tengan éstas o no concordancia con la tendencia forzada que nos quieren imponer hoy día los medios de comunicación.
Defendamos nuestra cultura occidental, la única verdadera cultura que ha traído progreso a la humanidad, la verdadera cultura que creó a través del trabajo duro y honesto, así como del ahorro, una clase media que jamás había existido.
Desde los anales de la humanidad siempre han existido pobre y ricos, amos y esclavos, no había una fase intermedia. Antaño se trabajaba todos los días del mundo, no fue hasta la época de Henry Ford que se les dio a los trabajadores el domingo libre para descansar, así que no crean el cuento de que el capitalismo es malo, malo es el comunismo y la historia respalda lo que digo.
Por eso hay que hacer el esfuerzo de prepararse, de tener las ideas claras y seguir luchando cada día por un mundo mejor.
Y como decía mi madre Noris Millán: “Un adulto es el concepto razonado de lo que le conviene”. Y la Izquierda, no le conviene al ciudadano de a pie, al héroe de verdad.